El obispo de Santander, ha instado hoy a “dejar nuestros egoísmos y comodidades” para que podamos salir “con alegría verdadera” a dar testimonio a los demás de nuestra fe y de la Buena Noticia (anunciar el Evangelio).
Así
se manifestó en la mañana de hoy en el transcurso de la misa de campaña
con motivo de la celebración de la Virgen del Mar, patrona de la ciudad
de Santander y cuyos primeros vestigios se remontan a unos 700 años de
antigüedad.
En la
pintoresca isla donde se ubica la ermita que aloja a la talla gótica de
la Virgen del Mar, Mons. Manuel Sánchez Monge efectuó un llamamiento a
todos los bautizados a evangelizar en “nuestros entornos” mediante
nuestro testimonio y servicio.
Lamentó que “muchos” ya no conocen a Jesús, u oyeron hablar de Él durante su infancia, y ahora “viven al margen de la fe”.
Por
ello, destacó que los últimos papas han recordado que “debemos
anunaciar el Evangelio a los demás, para que la gente disfrute de la
Buena Noticia”
Asimismo,
indicó que la Virgen María, al conocer que iba a ser la madre del Señor,
“no se reconcentró en sí misma, sino que salió a ayudar a su prima
Isabel porque estaba encinta y era ya mayor”.
Para
el obispo de la Iglesia cántabra “si nosotros también aceptamos como
María llevar la presencia de Dios en nuestras vidas, seremos entonces
capaces de salir para transmitir a los demás la Buena noticia. Esto
implica dejar egoísmos y comodidades”, remachó.
Pero
la Virgen “lleva esa buena noticia” a los demás “con alegría”. Es esa
dicha interior y de paz que se siente cuando somos sabedores de que
“Dios nos ama a cada uno de nosotros” con nuestra historia personal, sin
hacer “ascos de nada” del pasado que haya sucedido en nuestras vidas;
Dios, “está deseando” que nos acerquemos a Él, por esto nosotros
llevamos la Buena noticia de anunciar los valores del Evangelio a otros.
Servicio a los demás
Mons.
Sánchez Monge instó a los cientos de romeros concentrados en la campa
presidida por la imagen de la Virgen del Mar que el Señor “nos tienen
que ver alegres, gozosos; porque la fe no nos quita nada; al contrario,
Dios no nos deja solos y nos acompaña, perdona yconsuela”.
Pero
la alegría cristiaiana “no se compra”, es alaegría interior y paz que
proviene al sabernos “hijos amados de Dios porque Cristo dio hasta su
última gota de sangre por nosotros” en la Cruz.
En
su homilía, Mons. Sánchez Monge matizó que la misión de anunciar la
Buena noticia (evangelizar) tiene que ir acompañada de una actitud de
“servicio a los demás”.
Nosotros
no podemos quedarnos “con palabras bonitas”; anunciar el Evangelio
necesita de una actitud de servicio a los demás. Es decir, que los otros
“vean que estamos preocupados por ellos, atentos a sus necesidades y
que sientan que pueden contar con nostros cuando hay que echarles una
mano”.
Esto “nos enseña la
Virgen de Mar hoy: encontrarnos con el Señor, anunciarlo a los demás y
mantener una actitud de servicio y de ayuda hacia el otro”.
La Virgen del Mar
La
Virgen del Mar se conmemora cada lunes de Pentecostés, por eso su
festividad varía en el calendario. En 1979 fue nombrada por el entonces
obispo, Mons. Juan Antonio del Val, como Patrona de la ciudad de
Santander, y sus sucesor, Mons. José Vilaplana, la coronó canónicamente
el 25 de junio de 2005.
La
talla de la virgen es una figura gótica de 55 centímetros, datada entre
finales del siglo XIII e inicios del XIV, que, durante estos 700 años,
ha sido y es sinónimo de influjo y ascendencia religiosa, espiritual y
social.
La imagen, que fue
robada por unos piratas en 1590 y pudo ser recuperada tras el naufragio
de su barco frente a Castro Urdiales, cuenta con un manto de terciopelo
rojo que la cubre, regalo de la Reina Isabel II, tras visitar la ermita
en 1861.
GABINETE DE PRENSA
OBISPADO DE SANTANDER
Santander, 21 – MAYO – 2018
OBISPADO DE SANTANDER
Santander, 21 – MAYO – 2018
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